La búsqueda de alternativas sostenibles en la industria de la construcción ha llevado a la exploración y utilización de materiales no solo innovadores, sino también ecológicos. Entre estos, los materiales miceliales emergen como una solución fascinante debido a su capacidad para cumplir con requisitos técnicos al tiempo que ofrecen un perfil ambiental excepcionalmente favorable. Los micelios, provenientes del reino fungi, son la estructura de raíces de los hongos que, bajo condiciones adecuadas, pueden crecer y entrelazarse formando bloques sólidos y resistentes que son ideales para la construcción.
La utilización de micelio en la construcción no es solo una prueba de la ingeniería biológica, sino también un testimonio del potencial de la naturaleza para ofrecer soluciones a problemas humanos complejos. Estos materiales se cultivan a partir de desechos agrícolas, lo que significa que su producción ayuda a reducir el desperdicio, al mismo tiempo que minimiza la huella de carbono asociada con los métodos tradicionales de fabricación de materiales de construcción.
El proceso de fabricación de los materiales basados en micelio es relativamente simple y bajo en energía. Inicia con la inoculación de substratos agrícolas, como cáscaras de arroz o fibras de bambú, con esporas de hongos. Estos substratos, que de otro modo serían desechados, proporcionan el alimento necesario para que el micelio crezca. Durante las semanas siguientes, el micelio se extiende a través del sustrato, consumiendo los nutrientes y desarrollando una red densa y fibrosa. Una vez que esta red alcanza la densidad deseada, se deshidrata para detener el crecimiento, y se corta y seca en bloques o paneles que pueden ser utilizados en la construcción.
La resistencia, ligereza y aislamiento térmico que ofrecen los materiales miceliales los hacen adecuados para una variedad de aplicaciones en la construcción, desde aislantes hasta paneles acústicos y elementos estructurales. Además, su capacidad de ser moldeados en diversas formas los hace particularmente atractivos para la arquitectura moderna, que a menudo busca romper con las formas y los diseños tradicionales.
Uno de los aspectos más prometedores de los materiales de construcción a base de micelio es su impacto ambiental reducido. Estos materiales son completamente biodegradables, lo que significa que al final de su vida útil pueden descomponerse sin dejar residuos tóxicos. Esta característica los convierte en una opción ideal para proyectos de construcción que buscan certificaciones de sostenibilidad o cumplir con normativas estrictas de impacto ambiental.
El desarrollo y la adopción de materiales miceliales en la construcción aún enfrentan desafíos, principalmente en términos de escalamiento y percepción pública. Sin embargo, a medida que más constructores y arquitectos se familiarizan con sus ventajas, es probable que su uso se expanda, ofreciendo una alternativa real y viable que no solo es mejor para el ambiente, sino que también ofrece nuevas posibilidades estéticas y funcionales en el mundo de la arquitectura y la construcción.